Verdugos: Herminio Masantonio


Hay jugadores que contra cierto equipo se motivan y le salen absolutamente todas. Al que más veces le ocurrió teniendo a Quilmes como adversario fue a Herminio Masantonio, cuyo origen yace en Ensenada, provincia de Buenos Aires. Llegó al Globo proveniente de Sportivo Villa Albino, club donde jugaba Juan Ramón Santos -líder en presencias y máximo artillero con la camiseta de Quilmes- antes de ser transferido al Cervecero en 1942.

Ya en su debut, en lo que fue el primer partido de la era profesional para Quilmes y Huracán, el 31 de mayo de 1931, con el arbitraje de Alfredo D'Ésposito, gritó en dos ocaciones: a los 29 minutos para abrir el marcador y a los 57 para concluir el resultado del encuentro. El Globo se retiró del estadio como vencedor del match: fue 4-0.

El segundo encuentro entre Masantonio y Quilmes fue el 27 de septiembre de 1931, en cancha de Huracán con un recaudación de $1.419. 19, 56 -de penal- y 75 fueron los minutos en los cuales Herminio marcó los goles al elenco conformado por Sandoval, Arrillaga, Zito, Mandile, entre otros. A esta altura, Herminio Masantonio ya cosechaba cinco goles en tres encuentros disputados ante los albos.

La historia no cambió en la siguiente temporada, ya que el próximo encuentro, en condición de visitante, Quilmes caería por 6 a 1 con un nuevo hat-trick del atacante quemero. La línea de ataque de Huracán en aquel partido estuvo compuesta por Juan Mercader, Juan Antonio Rivarola, el ya conocido Herminio Masantonio, Alejandro De los Santos y Césareo Onzari. Éste último player es conocido por marcar el primer "gol olímpico" -avalado por la FIFA- el 2 de octubre de 1924 a los que 15 minutos de juego en un partido amistoso frente a, por entonces, los últimos campeones olímpicos: los uruguayos. De cuatro encuentros entre Quemeros y Cerveceros, los del Sur nunca habían podido ganar. El 11 de septimebre de 1932 fue la excepción, ya que el conjunto Cervecero derrotó a Huracán por 3 a 2. A cinco minutos de terminar el partido, Herminio Masantonio marcó el gol del 3 a 1 parcial.

'Las rachas están para cortarlas' se dice. Pero en este caso, la única manera de cortar la racha goleadora de Masantonio ante Quilmes era que el jugador quemero se despierte con el pie izquierdo. Y ocurrió. Por la 9° fecha de 1933, a los 36 minutos del partido, el mismo jugador que había decretado nueve tantos en cinco cotejos, desviaba un penal en condición de local. Por consecuencia, el partido terminó igualado en cero. Lo mismo ocurrió el segundo partido de 1933 entre Quilmes y Huracán: victoria para los albos por 4 a 2 y Masantonio no anotó.

La racha sin convertir goles al Cervecero prosiguió durante los dos partidos de 1934, a causa de que no disputó ninguno de los dos encuentros.

Pero, en la segunda fecha del campeonato de 1935, "El Mortero del Globito" abría el marcador a los diez minutos de iniciado el partido. Aquel partido jugado en 'El Chalet' terminaría 3 a 3, gracias al empate de Alberti, de Huracán, a falta de un minuto para los noventa reglamentarios. Tampoco se olvidó de convertirle a Quilmes en la fecha 19 del mismo campeonato, también para abrir la cuenta del cotejo que finalizaría 2 a 0 en favor del Globo.

En la Copa de Honor de 1936, nuevamente abrió el score. Fue a los 69' del match que terminarían ganando los Quemeros por 2 a 1. Mientras que por la Copa Campeonato, en lo que fue el triunfo de Quilmes por 5 a 3, Herminio Masantonio no consiguió marcar.

Sin poder convertir en el primer choque de 1937, el máximo goleador de la historia de Huracán marcó su último tanto frente a Quilmes el 19 de septiembre de 1937 a los 6 minutos de juego, partido en el que el Globo apabulló a Quilmes por 5 a 0. Aquel campeonato, el Cervecero terminaría último con diez unidades que tuvieron como consecuencia un fugaz paso por la segunda división del fútbol argentino durante el año 1938.

Herminio Masantonio, denominado "un centrodelantero habilidoso e inteligente en el juego, con un disparo de mucha potencia y precisión, un gran cabeceador", desapareció físicamente el 11 de septiembre de 1956, a los 46 años de vida.

Con 254 goles, es el tercer goleador del fútbol argentino, detrás de Arsenio Erico y Ángel Labruna.

Es memorioso destacar que jugadores, hinchas y dirigentes Cerveceros no fueron los únicos en sufrirlo. Ferrocarril Oeste es el club al que más goles le convirtió (22), seguido por Lanús (21), Gimnasia y Esgrima de La Plata y Platense (20), Independiente (15), Vélez (14), Quilmes, Talleres de Remedios Escalada y Tigre (13), Racing (12), Boca (11), San Lorenzo (10).

¿Se habrá olvidado de marcarle a algún equipo? Ladies & gentlemen, he aquí el máximo verdugo en la historia de Quilmes: 13 goles, en 12 partidos. Y algunos se quejan de Gigli...

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